martes, 27 de junio de 2017

Egipto

La cultura del Antiguo Egipto se conforma a partir de la forma de vida, costumbres y tradiciones existentes en la sociedad egipcia de la Antigüedad. Se inició en el Neolítico y evoluciono a lo largo de 3000 años, hasta la época romana, cuando prácticamente desapareció al adoptar la del Imperio romano, y sobre todo las costumbres cristianas.
La historia del Antiguo Egipto como estado unificado comienza en el Neolítico, hacia el año 3150 a. C., y se divide en tres imperios con periodos intermedios de dominación por parte de gobernantes extranjeros y conflictos internos:
  • El Imperio Antiguo (2700-2200 a. C.) se caracterizó por el florecimiento de las artes y la construcción de inmensas pirámides. Durante el Imperio Medio (2050-1800 a. C.), tras una etapa de descentralización, Egipto conoció un período de esplendor en su economía.
  • La decadencia del imperio faraónico comenzó hacia 1075 a. C., a raíz de diversas incursiones de ejércitos de otros pueblos. A pesar de esto, la cultura egipcia mantuvo sus características fundamentales hasta la dominación romana, e influyó en todo el Mediterráneo occidental.
Los últimos sacerdotes de Isis, en la isla de File, mantuvieron su culto hasta que fue prohibido por Justiniano I, en 535 d. C., y el idioma se conservó, con la lógica evolución a través de los años, y evolucionó en el idioma copto que utiliza la Iglesia Copta como lengua litúrgica.

Turquia


Turquía ha sido, desde siempre, una zona de tránsito entre Oriente y Occidente. Así, todos los pueblos que han habitado sus tierras han dejado un enorme legado cultural que hoy se hace patente en diferentes ámbitos culturales, como la danza, la música o la literatura.

Las danzas orientales, probablemente las más antiguas del mundo, en Turquía tienen su máxima expresión en la conocida Danza del vientre. Lo exótico y lo erótico se complementan en estos bailes, donde el protagonista es el movimiento de caderas de la mujer, ya que este baile fue pensado única y exclusivamente para el cuerpo femenino. Es tal la importancia de este baile en Turquía, que casi todos los restaurantes y salas de espectáculos incluyen representaciones de este tipo.

Por otro lado, encontramos la Ceremonia de los Derviches, danza que simboliza la transición del mundo terrenal al espiritual y que se caracteriza por una vestimenta muy particular (amplias túnicas blancas y sombreros cónicos) y los continuos giros de los bailarines. Mezcla la danza y la música y en Turquía es parte de una de las tradiciones más arraigadas.

La transición de las tradiciones culturales islámicas a las púramente occidentales va tomando forma en campos como la educación o la pintura, pese a que hoy en día los pintores turcos traten de buscar su propia forma de hacer arte separándose de los modelos que llegan de Occidente.

La música, por otro lado, tiene un enorme valor cultural. Mezcla las melodías tradicionales con las tendencias que llegan desde Occidente. Las melodías militares también cobran una enorme importancia. En la actualidad, existen artistas que combinan lo tradicional con lo novedoso. 

En el terreno de la literatura, Nazim Hikmet (1902-1963) fue un poeta turco de enorme influencia en la literatura de su país y en la occidental. Es conocido en todo el mundo como uno de los mejores poetas internacionales del siglo XX. Su poesía ha sido traducida a más de cincuenta idiomas. También cultivó el género de la novela y así encontramos algunos títulos importantes como 'La espada de Damocles' (1959).

En cuanto a las tradiciones y a la lengua, en Turquía el idioma oficial es el turco. Aún así, en algunas partes del país se conservan las lenguas altaicas, que nacieron en las estepas de Asia Central y fueron cultivadas por algunos pueblos como los turcomanos, los mongoles o los tungús-manchúes.

Es recomendable conocer las normas de vestimenta, sobre todo para visitar las mezquitas. Los hombres deben llevar pantalón largo, mientras que las mujeres no deben dejar sus hombros al descubierto. Además, es aconsejable llevar un pañuelo para cubrirse la cabeza y entrar descalzo


China

China es un país con una enorme riqueza cultural. Dentro del territorio chino se cuentan más de medio centenar de grupos étnicos, cada uno con su propia lengua hablada y sus costumbres específicas. Cada una de las múltiples etnias chinas contribuye a enriquecer la cultura del país con sus tradiciones, gustos y habilidades. Aunque el mandarín (putonghuà) es la lengua oficial, en muchas zonas rurales se continúa hablando la variedad local.

Algunas de las tradiciones chinas más importantes y conocidas se enmarcan en sus festivales, sobre todo en el Festival de Primavera, que conmemora la entrada del Año Nuevo Lunar que suele coincidir con los últimos días de enero o los primeros de febrero del calendario gregoriano. Las familias se reúnen la víspera y celebran su llegada con bailes, carteles, decoración y comida tradicional.
Tan solo quince días después de la llegada del Nuevo Año Lunar tiene lugar el Festival de los Faroles, que sirve para conmemorar con luz y color el respeto a Buda. Durante estos festejos, una de las tradiciones más arraigadas consiste en acompañar los faroles con una hoja de papel que contenga un acertijo. La persona que crea conocer la solución puede eliminar el papel y preguntarle al dueño del farol si su respuesta es la correcta.
Otro de los rasgos identificativos de la cultura china es la caligrafía, que tiene su origen unos 6.000 años atrás. La caligrafía china es todo un arte, y los habitantes del país la han practicado y perfeccionado durante años.
La pintura china, que tiene su origen en la caligrafía, destaca por el detallismo y por la variedad de soportes en los que se aplica. Los temas favoritos de los artistas han sido tradicionalmente las flores, los pájaros y el paisaje. La artesanía china es muy variada y da lugar a exquisitos productos de cerámica, seda, papel, bordados y lacados.
El  podría decirse que es la bebida oficial de China y su ceremonia es una de sus mayores contribuciones a la cultura mundial. El ritual para prepararlo y servirlo es casi más importante que la bebida en sí misma. Las zonas típicas de producción se concentran al sur y suroeste del país y a las orillas del río Yangtsé.
La propia extensión del país y su diversidad propician la existencia de una gastronomía rica y variada, de la que son exponentes las "ocho cocinas", ocho variedades de la tradición gastronómica china que se han ido configurando a lo largo de los siglos: Shandong, Guangdong, Sichuan, Hunan, Jiangsu, Zhejiang, Fujian y Anhui.