Marruecos es un país africano con una población muy joven, la mayoría de sus habitantes, alrededor del 70%, son menores de 30 años. Siendo en total 26 millones de personas.
Tiene muchas costumbres tradicionales que en otras partes del mundo pueden resultar muy curiosas. Por ejemplo si una turista occidental gusta de usar ropas ligeras tendrá que hacer una excepción cuando llegue a Marruecos y mucho más si intenta ingresar a una mezquita.
Marruecos es un país lleno de tradiciones y costumbresdebido a la influencia cultural que tiene, africana, árabe y mediterránea. Una de las costumbres más arraigadas es la del consumo de té. Se toma esa infusión a toda hora y es común compartir la bebida con invitados, huéspedes e incluso con los visitantes de tiendas. Es una señal de hospitalidad aunque, por las altas temperaturas que hay en algunas zonas del país, también se hace para evitar la deshidratación. Con respecto a esa hospitalidad demostrada al compartir el té incluso con extraños, cabe destacar que tanto en Marruecos como en el mundo árabe un huésped será siempre bien recibido, incluso aunque se trate de una persona que apenas se conoce, en ocasiones también se le invita a comer.
En el saludo los marroquíes son más formales en las situaciones sociales que la mayoría de los occidentales. En el saludo se suele preguntar por el estado de salud y bienestar de todos los miembros de la familia. Siempre salude con la mano derecha, ya que la izquierda es tradicionalmente considerada impura. Besar en las mejillas se práctica entre los miembros del mismo sexo, sobre todo si son amigos, pero no de debe realizar entre sexos opuestos a no ser que la otra persona sea muy conocida.
Asimismo, a la hora de la comida un hombre que no es de este país se sorprenderá ante la abundancia, por lo cual no será de mala educación dejar la comida en el plato. Y cuando el visitante es invitado a una cena de una familia marroquí deberá lavarse las manos y no deberá probar bocado alguno sin antes oír la oración que hará el dueño de la casa.
Otro punto importante en las costumbres es que hay que quitarse los zapatos al ingresar a un hogar.
El ingreso a las mezquitas en Marruecos y en el mundo árabe en general no está permitido a los “infieles”. Es decir, solo los musulmanes pueden ingresar a las instalaciones. Sin embargo hay ciertos lugares que si son de libre acceso, como la Mezquita de Hassan II en Casablanca.
Es común ver en las calles a hombres tomados de la mano, esto es señal de amistad ya que al no estar permitido las demostraciones públicas de afecto entre un hombre y una mujer musulmanes, los hombres entonces demuestran amistad mediante el contacto físico.
Cuando se visitan los mercados, tiendas y otros lugares para comprar recuerdos y artesanía, es común regatear los precios. De hecho a veces es necesario hacerlo debido a los precios elevados de ciertos artículos. Es común además que los productos no tengan el precio marcado, esperando de por si que las personas empiecen a regatear. Además en la cultura árabe es un acto social muy común, de hecho si se acepta de buenas a primeras el precio que plantea el vendedor, éste puede llegar a enfadarse. Lo usual es proponer un precio mucho más bajo y desde esa base acordar un precio más equilibrado que beneficie a ambas partes.
En algunos restaurantes del país el consumo de alcohol está permitido y se sirven bebidas alcohólicas. Sin embargo no es la regla general y el visitante debe entender este aspecto. Los restaurantes no están obligados a vender alcohol obligatoriamente y es de muy mal gusto consumirlo en la vía pública o andar por las calles con unos tragos de más. El respeto es fundamental para disfrutar la estancia en Marruecos.
Otra costumbre que ha pasado de generación en generación es referida a las mujeres, quienes deben llegar vírgenes al matrimonio y por ello están prohibidas las relaciones pre matrimoniales. El matrimonio es una unión obligatoria para las relaciones amorosas que quieren escapar del silencio y los reproches de la sociedad, así también la familia es demasiado importante para las marroquíes.
Tal vez incluso en mayor medida que en otras culturas, la familia es absolutamente sagrada en Marruecos. La admiración y el respeto por los ancianos se suman al lugar de prioridad que tienen los niños en el hogar. Por supuesto que los núcleos familiares suelen destacarse por la unión y la fraternidad, siempre liderados por los hombres, seguidos por las mujeres, que en las últimas décadas han ganado algo de terreno en la sociedad, pese a las costumbres musulmanas de antaño, relacionadas con la discreción, la reserva y la moderación con respecto a la presencia femenina en el día a día de la vida cotidiana. En ese sentido, las ancianas son las mujeres con mayor poder de decisión en las familias.
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